Identificar claramente tanto las necesidades y los roles a cubrir como los objetivos que se esperan de esos roles.

Identificar las competencias requeridas para desempañar satisfactoriamente esos roles.

Encontrar a las personas que puedan cubrir esas posiciones de manera profesional, prescindiendo si son familiares o amigos.

Idealmente, la preselección de candidatos debería basarse exclusivamente en las competencias que el rol requiere, más avanzado el proceso, la selección ya filtra entre esos candidatos aquellos que tienen perfil más afin con la cultura de la compañía.

Buscar el mejor recurso, no el más barato. Si el mejor no se puede pagar, se lo debe usar de parámetro para definir a quién se puede contratar que se ajuste a las posibilidades, pero siempre teniendo claro cuánto se gano y pierde en esa decisión.

El salario debe definirse en función del rol y luego hay un margen que de ajuste relacionado con el desempeño o las competencias de la persona que lo ocupa de +/- 20% del punto medio del valor del puesto en el mercado.

Identificar a los líderes de cada equipo y, dentro de éstos, que cada uno cumpla un rol que no se superpongan entre ellos.

Definir los objetivos particulares de cada uno para llegar al objetivo conjunto, con mecanismos de comunicación aceitados.

Diversidad complementaria entre los integrantes del equipo, es decir, que los miembros sean diferentes entre sí pero que haya compatibilidad.

Implementar sesiones de brainstorming. No sólo sirven para que el equipo se integre mejor y se potencie, sino que pueden surgir muy buenas ideas de negocios.