Dólar planchado, tasas altas…SOS: ¿Qué hago con mis ahorros?!
por vporce – 18
Inflación, el dólar “planchado”, los plazos fijos con interés más bajo que la inflación, los créditos UVA… Tomar decisiones económicas sigue siendo difícil en un escenario todavía confuso. En una nota que hizo para la revista Para Ti, Lucía Benegas intenta simplicar las cosas. A continuación, un extracto:
CUESTIÓN DE EXPECTATIVAS. Hay un punto fundamental en el que todos los economistas coinciden: no se puede tomar ninguna decisión económica sin primero tener claras nuestras expectativas y posibilidades reales. No es lo mismo tener 10 mil dólares de una indemnización –que podemos llegar a necesitar– que contar con la misma suma porque nos llegó una herencia inesperada o porque llevamos tiempo ahorrando. “Uno se equivoca más cuando mezcla muchos propósitos, ¿lo hacemos por patrimonio personal?, ¿proyecto de vida?, ¿renta? Cuando no se sabe bien qué buscamos, difícilmente tomemos una buena decisión”, explica Virginia Porcella, autora del libro Feminomics.
DÓLARES, ¿SÍ O NO? Suba, baje o se mantenga estable, la sensación que la mayoría compartimos es que nos conviene más guardar dólares que pesos. Sin embargo, la baja de la divisa estadounidense en los últimos tiempos empezó a replantearnos esa máxima. Como explica el economista Ezequiel Baum, si lo pensamos como inversión, el año pasado la decisión de comprar dólares no fue un buen negocio: la persona que en vez de comprar dólares puso su dinero en plazo fijo, ganó dólares. Sin embargo, decir que el que ahorró en dólares perdió está mal porque el dólar no perdió valor internacionalmente: 100 dólares hoy son lo mismo que eran hace un año. En ese sentido, quien se animó a apostar por un plazo fijo en pesos en vez de cambiar su dinero a dólares tomó un riesgo que tuvo su beneficio, algo que todavía se mantiene. Lo cierto es que hoy los plazos fijos tienen una tasa anual que ronda el 16 %, un número que está por debajo de la inflación, pero sigue siendo interesante con un dólar estancado.
BOLSA DE VALORES: LETES, LEBACS Y OTRAS YERBAS. De las acciones a los bonos, pasando por las letras del tesoro, para los que se animan a salir del plazo fijo y el ahorro en dólares y buscar mayor rentabilidad las posibilidades son muchísimas. El desconocimiento y la “falta de cultura financiera” hacen que muchas veces echemos por tierra una herramienta más que válida. Los bonos y títulos del Estado pueden comprarse en pesos o en dólares y tienen un rendimiento anual que está por encima del que puede ofrecer un plazo fijo y, además, casi no implican riesgo. Para los que prefieren mantener sus ahorros en dólares, las Letes (Letras del Tesoro) son una buena opción, no sólo por lo seguras que son sino también porque se pueden comprar los dólares a precio mayorista (lo que se traduce en un doble rendimiento: lo que deje de intereses, más lo que ganamos por comprar un dólar más barato). Hay letras a 88, 179, 270 y 365 días y el rendimiento varía del 2,6 al 3,35 porciento. Los Bonar (que fueron emitidos durante el kirchnerismo) también son bonos que tienen muy buen rendimiento que se cobra dos veces al año y varían en su vencimiento dependiendo del año que indica su nombre (el bonar 24 vence en 2024, por ejemplo), al igual que las Letras del Banco Central, más conocidas como Lebac. “Las Lebacs vuelven a ser instrumentos atractivos ya que actualmente pagan una tasa anual del 24%, y son letras cortas que no tienen riesgo porque el emisor es el mismo Banco Central”, explica otro economista, Matías Tombolini. “Cómo invertir depende mucho de la estrategia, pero –en general– si uno va a dar los primeros pasos, lo mejor es ir a los que tienen mayor volumen y plazos cortos”, recomienda Baum. Por más complejo que suene, el proceso es sencillo y tiene varios caminos: se puede llamar al banco y solicitar que nos los compren, comprar a través de un fondo de inversión o directamente invertir por medio de un Fondo Común de Inversiones de nuestro banco. La gran ventaja de operar a través de estos fondos es que –además de tener profesionales idóneos– tienen carteras más diversificadas de bonos y acciones que hacen que nuestras ganancias no queden sujetas a los rendimientos de un solo bono. Eso sumado a los bajísimos montos con los que uno puede entrar.
FONDOS COMUNES DE INVERSIÓN. Herramienta sencilla y subestimada si las hay, la del fondo común de inversión. No hace falta ningún conocimiento para invertir en un fondo, basta con determinar qué riesgos se está dispuesto a tomar y el tiempo con el que contamos. De los fondos de acciones a los de renta fija en pesos, en dólares a los de acciones, las opciones que ofrecen los bancos son muchísimas y se ajustan a las necesidades de los distintos clientes y sus volúmenes. Los Fondos Comunes de Inversión Money Market, los Temas 1 y los más nuevos –los de renta fija en dólares– son algunos de los más seguros y se presentan como opciones para la caja de ahorros o el plazo fijo (dependiendo de las necesidades de cada cliente). El monto mínimo para operar en estos fondos es de 250 pesos y las alternativas son tan variadas como las posibilidades que cada una tiene a la hora de distribuir en distintos fondos. La clásica caja de ahorros en dólares o el plazo fijo en la misma moneda ofrecen hoy alternativas de fondos con renta fija con una rentabilidad mucho más alta:
¿INVERTIR EN LADRILLOS? No importa cuánto lo desaconsejen: el que tiene una suma importante de dólares inevitablemente piensa en las propiedades como la opción más segura. “Ese es otro mito: el ladrillo tiene un riesgo que mucha gente no ve”, asegura Baum. Los costos de escrituras y comisiones, las expensas extraordinarias, los gastos de administración y la pérdida que implica cada vez que un departamento se desocupa (que no sólo deja de dar ganancias sino que empieza a generar pérdidas), son algunas de las contras de esta inversión que en general da una renta promedio de 3% en dólares por año. En ese sentido, las cocheras siguen siendo una apuesta más interesante ya que proporcionalmente tienen una mayor rentabilidad y menores costos de mantenimiento. “Igualmente, en el último tiempo el precio de las propiedades tendió a aumentar. Si una persona compró un departamento que en dos años aumentó un treinta por ciento su valor, es claro que hizo una buena inversión”, concluye. Aunque de nuevo el quid de la cuestión es el objetivo que uno persiga.