10 consejos para cuidar tu plata en días de devaluación

No son días para manejarse con la plata alegremente. En épocas de devaluación/inflación como las que estamos atrevesando, no todos sabemos cómo movernos, particularmente aquellos que están a punto de hacer su primera experiencia en estas lides. Por eso acá van algunos consejos básicos.

  • Alguna de las veces que situaciones como ésta ocurrieron en la Argentina, tal vez en un grado más extremo que el que estamos viviendo, era común cobrar el sueldo e ir a comprar dólares. Hacia fin de mes, quedaba alguna ganancia o, al menos, se habían podido pagar todas las cuentas si se tenía buen timing en ir cambiando esos billetes otra vez  a la moneda local. El escenario es aún incierto como para pronosticar que eso volverá a ocurrir pero la verdad de Perogrullo es que, quien hoy tiene dólares en su bolsillo, está en mucho mejores condiciones para sentarse a ver qué va a pasar. Y el que no, seguramente busque la forma de conseguirlos.
  • La clave, más allá del dólar, es defenderse de la inflación. No  sólo los ahorros,  sino más bien los pesos del día a día para, precisamente, no quedar obligados a gastar esos ahorros. ¿Cómo? Usar la tarjeta de crédito para pagar el supermercado, por ejemplo, es una buena idea. Y hacer una compra grande, es decir, stockearse, también.
  • Sólo vale adelantar pagos (de cualquier naturaleza, sea el colegio de los chicos, el gimnasio o la cuota del seguro del auto) si con eso nos garantizamos congelar el precio, es decir, que no habrá aumento. Hacerlo con la tarjeta de crédito, o incluso con cheques, para financiar esos pagos en cuotas sería ideal, aún cuando tenga algo de interés. Son condiciones que seguramente serán muy difíciles de conseguir a partir de ahora.
  • Con el mismo razonamiento, postergar pagos todo lo posible dentro de lo político y moralmente correcto, es una estrategia acertada.
  • Los que tienen créditos a tasa fija, jamás deben asustarse y apurarse a cancelar el capital. Todo lo contrario, la inflación licuará el costo de esa cuota ya que es de esperar que, en algún momento, los ingresos empiecen a actualizarse. La historia reciente muestra que recomposición de ingresos  existe.
  • Sin embargo, tampoco es momento de tomar deuda. En rigor, no es momento de asumir ningún compromiso financiero nuevo a menos que estemos convencido de que pactamos condiciones inamovibles y que podremos afrontarlo pase lo que pase. La única excepción es si hubiera una oferta de LCD al mismo precio que a principios de mes para ver a Messi en el Mundial. Lo que equivale a decir que no hay excepción.
  • Tampoco es momento de consumir indiscriminadamente, ya que no hay gran referencia si estamos pagando caro o barato. Sólo en el caso de que quienes estaban planeando cambiar el auto o comprar cualquier bien cuyo precio indefectiblemente subirá mucho  puede ser válida la decisión aunque es importante tener en cuenta que se resigna liquidez (efectivo) que podríamos destinar a tener un colchón, preferentemente verde.
  • Para los que tienen dólares, más que nunca es momento de esperar. Nada de atolondrarse y dejarse ganar por la ansiedad. Un reacomodamiento de precios puede generar preciosas oportunidades, siempre que esos billetes estén bien a mano.
  • Es una obviedad a esta altura pero, por si todavía existiera algún despistado, contraer obligaciones en dólares es un disparate, aun cuando sea a valor oficial. Sólo es viable si ya tenemos los dólares necesarios guardados.
  • Por último, el mejor consejo es estar atento. Puede ser aburrido o estresante, pero en momentos como éste vale la pena andar bien despiertos para que no nos llevemos un sorpresón desagradable con nuestras propias cuentas.

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