Oportunidad anti-inflación: las liquidaciones son reales

Todo indicaba que el salto en los precios por la devaluación de fines de enero iba a terminar neutralizando las rebajas que tradicionalmente se consiguen en febrero por el fin de la temporada de verano. Como mucho, conseguir el mismo precio que a principios de mes pasado podía llegar a ser un buen negocio. Pero no. La buena noticia es que en los shoppings y comercios en general, las liquidaciones son sobre los precios originales, sin ningún aumento por los vaivenes del dólar.

No sólo eso: el temor (hecho realidad en muchos sectores) a una caída estrepitosa de ventas hizo que las marcas afinaran el lápiz y apliquen rebajas mayores a las que habitualmente se encuentran a esta altura del año. Ahora, el promedio es de 30% y en algunos casos, podés comprar productos a mitad de precio. Lo mejor: los descuentos de esta magnitud rigen incluso en prendas clásicas, si hablamos de ropa, lo que es toda una oportunidad si necesitás algún recambio de básicos. Pensá que la próxima temporada, con o sin recesión, seguramente llegará con precios imposibles.

Conclusión: está permitido hacerse un pequeño tour de compras. Pero hoy más que nunca es importante tener presente las siguientes dos recomendaciones básicas.

  • ¿En cuántos pagos?  Pagar en cuotas, en estos momentos, está buenísimo sólo si son sin interés. Esto es algo que está dejando de ocurrir. En promedio, los comercios están ofreciendo dos o tres pagos con un interés total del  7% al 10%. Si aceptás estas condiciones, estás resignando parte del beneficio y asumiendo que la suba de precios va a ser como mínimo de 3,5% mensual en los próximos meses. Eso es un montón: equivale a una inflación anual mayor al 40 por ciento. También hay que decir que hoy, lamentablemente, esa cifra no es para nada imposible de alcanzar.

 

  • Comprar bien. ¿Qué significa esto? Sencillo: tal como están las cosas, lo más lógico sería amarrocar todo lo que pudieras, preferentemente en dólares, en vez de salir de excursión al shopping. Pero también es cierto que tenés que vestirte y que si de todas maneras necesitabas nuevos pantalones, remeras o zapatos, bien vale la pena comprar ahora en vez de cuando todo esté realmente inaccesible. Por eso, lo importante es que elijas bien qué vas a comprar, que pienses bien si de verdad te hace falta una cartera nueva o si un nuevo blazer es imprescindible. La idea es no comprar cosas que no te hacen falta sólo porque “están baratas”. Pensálo así: ¿qué pasaría si en vez de gastar en “arrasar con todo porque va a subir”, dolarizás esa plata? Lo más probable es que, como mínimo, mantengas las posibilidades de comprar lo mismo aunque haya subido el precio, con la ventaja de que si se te pusieron difíciles las cuentas, tenés un resto para salir del paso.

 

Login

Welcome! Login in to your account

Remember me Lost your password?

Lost Password