5 Mitos sobre las mujeres y el trabajo #BrechaDeGénero
Por Carolina Villanueva y Georgina Sticco *, 03 abril, 2017
#1. Contratar mujeres tiene un mayor costo para la organización. FALSO. Una investigación de la OIT (Rojo, Brizuela y Tumini, 2002) evidencia que cumpliendo todas las regulaciones nacionales, en la Argentina, los costos monetarios directos para el empleador asociados a la contratación de una mujer son muy reducidos y representan el 1,1% de la remuneración bruta mensual de la mujer. Los costos mayores de la maternidad, como el pago del monto del salario y las prestaciones médicas, son afrontadas por la ANSES.
#2 Se embarazan todas. EXAGERADO. En el país, por año sólo el 3% de las mujeres asalariadas en edad reproductiva ejercen su derecho a la de licencia por maternidad. En el mismo estudio se destaca que la tasa anual de excedencia (licencia sin goce de sueldo) sólo alcanza el 1,7%.
#3. Las mujeres faltan más que los varones por cuestiones domésticas. EXAGERADíSIMO. Datos de Encuesta de Indicadores Laborales del Ministerio de Trabajo revelan que la tasa de ausentismo es muy similar. Al año: varones 3,5% y 4,5 días, mujeres 3,7% y 5,3 días. ¿Qué razones aducen cada uno? Las mujeres: enfermedad, problemas personales, maternidad, pero faltan con aviso. Los varones: enfermedades, lesiones y accidentes, y faltan sin aviso.
#4 Las mujeres renuncian porque quieren pasar más tiempo en casa con sus hijos. FALSO. Desde las empresas se cree que las madres (que pueden) abandonan sus cargos porque no soportan las presiones de las demandas laborales y familiares. Sin embargo, la consultora KPMG hizo un análisis en donde detectaron que las madres migraban a empresas con la misma presión de trabajo pero donde perciben que puedan crecer. La realidad es que las madres renuncian cuando el costo y el esfuerzo de dejar a sus hijos no es reconocido ni en términos de crecimiento profesional, ni en términos de remuneración, sintetiza.
#5. Las mujeres no están 100% disponibles. GENERALIZACIÓN. Uno de los grandes techos de cristal para las mujeres que buscan alcanzar puestos de liderazgo es que estos suelen exigir disponibilidad 24 hs, y poder trasladarse a otro país o haber tenido experiencias en cargos regionales. Estas oportunidades suelen aparecer entre los 30 y los 40 años, lo que coincide con la edad reproductiva de las mujeres profesionales de alta educación. Por lo tanto, a una mujer que es madre, no se la considera potencialmente disponible para asumir este compromiso y por eso muchas veces ni siquiera se la considera candidata. Lo irónico, es que si ella fuese la esposa de un candidato varón, se asume que tanto ella como sus hijos, sí podrían por ejemplo, relocarse.
* Las autoras son cofundadoras de GROW, una consultora que investiga, sensibiliza, capacita y asesora a organizaciones en el abordaje integral de la temática de género.