Casa propia: ¿convienen los nuevos créditos indexados?

Un grupo de seis bancos  integrado por el Provincia, Macro, Ciudad, Santander, Hipotecario y Galicia comenzarán esta semana a ofrecer los nuevos créditos hipotecarios indexados que anunció el Banco Central. Algunas  de las entidades ya los promocionan en sus páginas web y si bien se espera un aluvión de consulta de interesados en sumarse al plan para acceder a una vivienda propia, lo cierto es que seguramente no sean tantas las operaciones que se puedan concretar. El plan tiene dos grandes ventajas: el ingreso mínimo necesario es menos de la mitad que los requeridos en un crédito convencional  y la cuota es de poco más un tercio que en los préstamos vigentes. Con este sistema, por cada 20.000 dólares de préstamo solicitado en moneda local, es decir 300.000 pesos, se abonaría en principio una cuota de 2.714 pesos, con una necesidad de ingresos de apenas 8.056 pesos. La clave está en que ambos valores se ajustan por una unidad de cuenta llamada UVI que refleja la inflación. Así, si el crédito se obtuviera hoy por un monto total de 750000 pesos (50.000 dólares), se pagaría una cuota de 6.785 pesos. Pero, con una inflación prevista en abril de al menos 5%, el capital adeudado se incrementaría en esa proporción y lo mismo la cuota. Es decir, la deuda aumentaría a 787.500 pesos y pasaríamos a pagar una cuota de 7.124 pesos. En ese mismo período, sin embargo, el precio del inmueble que se compró con ese préstamo no aumentó. Entonces ¿conviene o no el nuevo sistema?

La respuesta es sencilla: el plan de créditos UVI es muy conveniente, pero no hoy. Hoy conviene esperar. La consigna es tratar de que tanto la deuda como la cuota aumenten lo menos posible, particularmente cuando no es posible asegurarse que los ingresos de bolsillo se incrementan en la misma proporción que la inflación y, por ende, el costo del préstamo. Concretamente, estamos transitando los meses, y tal vez el año, de mayor inflación. Mientras el propio Gobierno admite que probablemente el avance de los precios en 2016 sea mayor al 25% anunciado, las consultoras privadas ya calculan una inflación por encima de 30%. En contrapartida, todavía no está tan clara la proporción en la que aumentarán los sueldos. Es probable que este año sea levemente menor.  En ese contexto, no tiene sentido tomar una deuda que ajusta por inflación cuando se sabe ya que ésta será muy alta (y por lo tanto la deuda se incrementará notablemente) y hay incertidumbre respecto de cómo evolucionarán los recursos para pagarla. Mejor es esperar al menos hasta octubre para evitar pagar de más.

Esto porque se espera que la inflación baje en los próximos meses. Con una suba de precios más acotada y salarios de bolsillo que no pierden en la comparación, los créditos indexados se convierten en una verdadera oportunidad. Por eso el consejo es: llamar al banco, averiguar condiciones, requisitos y, sobre todo, posibilidades de cancelación. También analizar los riesgos de largo plazo (se trata de créditos a 15 o 20 años) y sentarse a esperar a que la inflación baje.

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